
Labranza
Labranza en invierno: Durante la estación fría, es esencial gestionar el crecimiento de hierbas no deseadas que surgen en otoño e invierno. Esta labor no solo contribuye a aflojar el suelo, favoreciendo el intercambio de gases y mejorando la infiltración, sino que también ofrece oportunidades para la incorporación de fertilizantes.
Labranza en periodo estival: Durante la temporada de verano, las labores desempeñan un papel crucial al eliminar la competencia de las malas hierbas y garantizar un adecuado control del suministro de agua a las plantas. La cantidad de intervenciones necesarias dependerá de factores como el clima, la densidad de las malas hierbas y las prácticas de riego.
Labranza de otoño: En algunas situaciones, se realiza trabajo en otoño para reducir la compactación del suelo, generalmente causada por la cosecha.